Características de nuestro escudo actual
Se divide en dos cuarteles, los escudos de las Casas de Oñaz y Loyola, las Casas y Familias que, unidas mucho tiempo atrás por lazos matrimoniales, dan origen a Ignacio de Loyola que nace por el año 1491, en el solar de que tenían en Guipúzcoa.
El primer cuartel es de los Oñaz, por ser el solar más antiguo. Los Oñaz recibieron este escudo, después de la batalla de Beotíbar en 1321, de manos del Rey Don Alfonso XI. Los siete hijos del Señor de Oñaz se distinguieron notablemente en dicha batalla y el Rey les concede este escudo: sobre campo de oro (hidalguía, heroísmo, fidelidad) siete barras de color sangre, la derramada en la batalla por los siete hijos del Señor de Oñaz.
El cuartel de la derecha pertenece a los Loyola. Tienen un escudo que expresa una virtud de dicha Casa y que era propia de todas las Casas, Castillos y caseríos de Vasconia, ya desde el siglo XIII: la hospitalidad. Este sentimiento está expresado por dos lobos pardos a ambos lados de una olla suspendida del llar en sable (negro) sobre campo de plata. Es decir, la hospitalidad de los Loyola se extiende aún a las fieras de la montaña, a todos reciben sin miramientos.
En la parte superior se le agregó el sol naciente con el cristograma IHS, símbolo de la Compañía de Jesús; por debajo de este se encuentran dos estrellas y una luna que representan a Nuestra Señora y en el cuartel de la izquierda las iniciales IC de Inmaculada Concepción.