Creemos que el mundo necesita personas íntegras, desarrolladas emocionalmente y con una fe que les permita comprender y responder a los desafíos de la realidad. Aspiramos a formar personas capaces de leer los signos de los tiempos, con sensibilidad y compromiso hacia el Bien Común, siguiendo el modelo de Jesús. En este contexto, el Mapa de Aprendizajes para la Formación Integral (MAFI) surge como una herramienta para acompañar a niños, niñas y jóvenes en su crecimiento hacia un horizonte claro, ofreciendo además una evaluación de la educación brindada en conjunto por la familia y la escuela.
El MAFI permite describir el itinerario formativo de cada estudiante a través de competencias que abarcan las dimensiones intelectual, emocional y espiritual religiosa. Este mapa, desarrollado en colaboración con el equipo docente del Colegio de la Inmaculada Concepción, va más allá del conocimiento académico: busca formar personas reflexivas, críticas y creativas, capaces de discernir y tomar decisiones con responsabilidad. El MAFI ayuda a plasmar nuestra misión de formar personas “conscientes, compasivas, competentes y comprometidas”, con un proyecto de vida significativo.
El mapa organiza los aprendizajes en tres dimensiones—Cognitiva, Socioafectiva y Ética y Espiritual Religiosa—, que abarcan aspectos fundamentales de la persona humana. Basándonos en el humanismo cristiano y la espiritualidad ignaciana, consideramos que estas dimensiones deben integrarse para el desarrollo pleno, promoviendo personas abiertas al diálogo y con sentido de fraternidad.
Cada dimensión se despliega en ejes que abarcan desde el mundo interior del estudiante hasta su capacidad de interactuar con los demás y con Dios. Estos ejes representan su lugar en la sociedad, tanto a nivel local como global, y su deseo de transformarla positivamente.
Para cada eje, el MAFI incluye componentes e indicadores que describen los aprendizajes esperados en distintas etapas escolares: Preescolar, 3.er grado, 5.º grado, final de Primaria, 2.º año y final de Secundaria. Estos indicadores guían a cada estudiante en su propio crecimiento, con un compromiso ético en todos los aspectos de la vida (saber, saber hacer y saber ser).
El MAFI también fomenta la libertad y autonomía, permitiendo que los estudiantes afronten los desafíos complejos con una mirada integral y asuman con responsabilidad su rol en la comunidad. Al delinear el desarrollo de competencias durante los 15 años de escolaridad, se convierte en un recurso valioso para docentes y familias, que facilita un lenguaje común y orienta las acciones pedagógicas hacia la formación de jóvenes que vivan con alegría y generosidad su vocación de servicio.
Este mapa se materializa cuando cada estudiante alcanza los aprendizajes esperados, tanto en el aula como en actividades pastorales, deportivas, culturales, de servicio y extracurriculares que promueven el encuentro y la colaboración. Así, el MAFI impulsa a construir una comunidad de fe y aprendizaje, donde cada estudiante, junto a su familia y educadores, descubre cómo dar lo mejor de sí—MAGIS—para, en todo, amar y servir como Jesús.